sábado, 31 de agosto de 2013

El Camino de Santiago - Etapa 8 (29-03-2013)

Portomarin - Santiago de Compostela
95 km - 6 h 32'


Perfil de la Etapa 8 (obtenido con perfils)

Hoy es nuestro último día de peregrinación.

Nos hemos levantado a las 5 de la mañana y media hora después ya estabamos en la carretera.

Pero antes de esto mientras nos estamos preparando Evaristo ha echado en falta su casco, habían olvidado sacarlo del garage de las bicis por la noche, así que hemos tenido que despertar al hospitalero para que abriera el garage.

Volviendo a la ruta, la salida del pueblo de Portomarín se hace por la carretera nacional por una subida (¡no se porque todavía me sorprende!).

En el pueblo de Portos hay una escultura de unas hormigas a tamaño gigante.



En Lestedo, no encontramos con algo atípico, un cementerio con las lápidas por la parte de afuera.




 



Evaristo cruzando de forma "fantasmagorica"

Lo que tienen estos pueblos tan cercanos ya a Santiago es la inmensa cantidad, de lo que yo voy a definir como "peregrino dominguero". (mas adelante hablaré de ellos)


La casa do Concello de Palas de Rei, con el labaru en primer plano

En el bar en el que estamos desayunando hemos oido una pregunta inquietante: ¿tienen café con leche?, (preguntado en perfecto castellano con un ligero acento del Pais Vasco). Pues coño tía, que es una cafetería, lo que igual no tienen es gasolina.

Nuestro próximo objetivo era Arzua, pero antes de llegar paramos a hacer unas fotos de nuestra entrada en la provincia de A Coruña.


Se puede ya apreciar la cara de satisfacción por la proximidad a nuestro objetivo.




También hicimos otra parada en la Iglesia de Santiago de Boente, donde nosotros mismos sellamos la credencial.






Cuando paramos a desayunar en Arzua, por cierto, un bocadillo de tortilla francesa de bonito con mayonesa, se nos acerca un paisano y nos espeta que si no vamos por el camino marcado, ¡asi cualquiera lo hace!.

Hijo de p***, este no ha ido a Santiago ni en coche, que llevamos 3 horas debajo del agua hoy, sin contar los 3 días anteriores, que hasta los peregrinos de a pie se quejan de lo mal que está, pero en fin, algo nos tenía que decir el hombre.


Menos mal para el paisano de antes que el bocata ya lo habiamos comido, sino se lo traga.

De aquí en adelante nos llevó el corazón, nuestra meta estaba muy cerca y no podíamos flaquear. Al llegar a las afueras de Santiago, nos metimos por el desvío que sube al Monte do Gozo, con la consiguiente subida, que fué bastante dura, sobre todo al principio.

Antes de coronar el Monte do Gozo, otro pinchazo, y van 4. Cago en D***, este ya no se arregló ni con spray reparador. Pues nada, 15 minutitos de nada debajo de un aguacero impresionante cambiando la cámara. Como yo no tenia a mano, Evaristo muy amablemente me prestó una, pero de 20*1.75, que era del carro de la bici, en cuanto dimos cuenta no pudimos aguantarnos y estallamos en carcajadas. La gente que pasaba por nuestro lado, flipaba, con la que estaba cayendo, dos tios allí con una rueda de una bici pinchada, partiendose la caja.


Buscando una cámara del tamaño adecuado en las alforjas.

Ya lo dijo el "sabio Juanito", en una de sus citas: ¡Estos peregrinos están locos!

Claro, todo esto sin mencionar el frio que hacía y que las manos estaban heladas y los guantes no podian chupar ya ni una gota más de agua.

Despues de arreglar el pinchazo, llegamos al alto del Monte de Gozo, donde nos hicimos una foto con el monumento al papa Juan Pablo II y seguimos.


El monumento al pontífice Juan Pablo II

No se como definir nuestra llegada a la catedral de Santiago, fue algo entre una sensación de alivio y una fuerte emoción por haber conseguido nuestra meta en esas circunstancias. Después de hacer una foto a la catedral (que por cierto, podian limpiarla), nos hicimos nosotros una con la catedral de fondo, pero estaban las camaras de los telefonos con mucha condensación debido a la lluvia, asi que en esas se acerco una chavalina y nos hizo una foto con su camara reflex ( quedando en enviarla por mail, a fecha de hoy todavía estamos esperando la foto ).


Catedral de Santiago

Posando delante de la catedral

Después fuimos a la oficina del pregrino a recoger nuestra "Compostela", cosa que nos hizo mucha ilusión.

No entramos a visitar la catedral, porque, debido a no tener un lugar seguro donde dejar la bici, el cansancio y porqué no decirlo un cierto desánimo ya debido a tantos días de lluvia...

Ya sólo nos quedaba lo difícil, buscar un alojamiento donde poder darnos una ducha y dejar las bicis a buen recaudo, mientras bajamos al aeropuerto a buscar un coche de alquiler. Como he dicho más arriba ya el desanimo hizo que el primer hotel, hostal, pensión, etc...que vieramos ese, fuese el elegido. Y caímos en la pensión San Nicolás, donde despues de una dura negociacion, accedieron a dejarnos una habitación para darnos una ducha y guardar nuestras bicis hasta nuestro regreso del aeropuerto.




Y aquí estamos en Santiago, después de 830 km y 56 horas y 48 minutos dando pedales.

Solo nos queda agradecer a nuestras familias el apoyo que nos han dado durante la preparación y el peregrinaje en sí mismo.








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